Un conflicto llevado a la Corte Suprema por la congregación Carmelitas Descalzas, finalmente el Servicio de Evaluación Ambiental declaró la caducidad de la Resolución de Calificación Ambiental. (Fotografía de portada referencial)
Ocho años pasaron en los que Energía Llaima, ligada al empresario Juan Claro, intentó levantar la central hidroeléctrica de pasada El Canelo, en la ribera sur del río Maipo, frente a la localidad de El Manzano.
Desde el inicio, una de las que más se opuso al proyecto que buscaba inyectar 16 MW al sistema fue la congregación Carmelitas Descalzas de San José de Maipo, quienes reclamaban que el trazado del proyecto pasaba por debajo de su casa y afectaba su actividad religiosa, además de la flora que tenían en el interior del convento.
Un conflicto que llegó a la Corte Suprema y al Comité de Ministros, pero que finalmente se dirimió de manera administrativa.
A comienzo de mes , el Servicio de Evaluación Ambiental declaró la caducidad de la Resolución de Calificación Ambiental por haber superado los cinco años sin obras desde que se aprobó el permiso.
Tanto la madre superiora de la congregación, María Elisa Castillo, como Ezio Costa, el abogado y director ejecutivo de la ONG Fima, que representó a las religiosas se mostraron contentos con la decisión. Pero faltaba saber si es que la empresa apelaría al proceso o reingresaría el proyecto a evaluación ambiental.
“Con respecto a una posible apelación, es importante aclarar que la normativa no establece mecanismos de apelación”, dice Ian Nelson, gerente de Eléctrica Llaima.
“Por ahora no lo desarrollaremos (…) Siempre estamos evaluando diferentes proyectos, y en varios lugares pero no tenemos proyectado el ingreso al SEIA de un proyecto hidráulico en la zona por ahora”, agregó.
La firma ya tiene funcionando desde 2010 una central de pasada en otro sector del San José de Maipo.