Alojamientos en lujosos hoteles, fuertes apuestas en el casino y la compra de un vehículo cero kilómetro, fueron algunos de los cambios cotidianos que en 2013 pusieron en evidencia a Carlos Bouey González, asistente administrativo de la empresa Concha y Toro, que se apropió de cerca de 136 millones de pesos, fraude por el cual fue condenado 3 años de presidio.
Una vez más, en un procedimiento abreviado se resolvió la suerte del acusado en el Juzgado de Garantía de Punta Arenas, contra quien pesaba un cúmulo extenso de antecedentes, según detalló en la audiencia de ayer el fiscal Felipe Aguirre, quien aportó antecedentes del modus operandi que habría utilizado el condenado, quien se habría apropiado de los fondos que se acumulaban en las cuentas de excedentes de los clientes de la empresa Sociedad Comercial Peumo Ltda. dueña de la Viña Concha y Toro, irregularidades que fueron detectados desde la casa matriz de Pirque por la firma afectada, iniciándose los procesos de auditoría que revelaron el actuar ilícito.
Constó entre las declaraciones de los colegas del acusado, que contaba con la confianza de sus pares, incluso, cuando fue desvinculado, algunos procuraron interceder a su favor, quedando sorprendidos con los detalles que la gerencia aportaba, cuestión que hizo eco, del cambio de costumbres y gastos que había experimentado Bouey, quien pese a tener una renta que no excedía los 300 mil pesos, comenzó a gastar fuertes sumas de dinero en entretenimiento y placer.
Tras una larga exposición de la Fiscalía, el magistrado emitió la resolución condenatoria, dejando para el lunes 23 de enero la lectura de sentencia, arriesgando hasta tres años de presidio, aunque le favorece el no contar con antecedentes penales anteriores.
