El acuerdo busca establecer una serie de medidas e inversiones para una gestión más eficiente del recurso hídrico en la cuenca, mejorando así la disponibilidad de agua para la producción agrícola y suministro humano del gran Santiago.
Las Asociaciones de Regantes de la Primera sección del río Maipo y Aguas Andinas firmaron un histórico acuerdo, luego de meses de trabajo, que establece una serie de medidas que buscan ser las primeras de un largo camino, para sentar las bases de una solución que refuerce el suministro de agua a la población y, a la vez, el uso necesario para sostener la agricultura de la zona, mejorando la eficiencia hídrica de la cuenca.
Así también se suman la construcción de pozos profundos sobre el acuífero bajo la Región Metropolitana, piscinas de infiltración para recargarlos en las épocas excedentarias y el uso de las aguas depuradas con el fin de aumentar la disponibilidad, otorgando una segunda vida al agua. Todo ello, permitirá contar con más recursos hídricos en distintos sectores.
En este sentido, Luis Baertl, presidente de la Asociación de Canales de Maipo, expresó que este es el primer paso de un trabajo colaborativo donde esperan se sume el Estado. “En medio de la sequía y la crisis hídrica, los regantes hemos sido duramente golpeados, por lo que somos los más interesados en lograr la sustentabilidad y resiliencia de la cuenca. El cambio climático merece acciones inmediatas y concretas en inversión y mejor gestión del recurso hídrico. Los regantes de la primera sección del Río Maipo hemos estado aportando por más de 10 años para que la crisis hídrica no toque la puerta de los habitantes de Santiago”.
Asimismo Marta Colet, gerenta general de Aguas Andinas, enfatizó en la importancia de este trabajo. “Desde Aguas Andinas estamos desarrollando diversas acciones y soluciones para combatir los efectos del cambio climático en la Región Metropolitana. Por ello, este convenio con los regantes es muy importante, pues no podremos enfrentar esta emergencia climática de manera individual. Es necesario que todos los actores asumamos un rol y el compromiso necesario porque la situación climática se ha ido profundizando con el paso de los años y hoy es muy compleja. Ante ello, no solo debemos pensar en asegurar el suministro para este verano en la ciudad, sino que debemos implementar soluciones de largo aliento, pensando también en los años venideros que -sabemos- estarán marcados por la escasez hídrica”.
Por su parte el presidente de la Asociación de Canalistas del Canal de Pirque Cristián Balmaceda, valoró este acuerdo porque no solo beneficia a la agricultura sino también a todas las comunidades rurales “gracias a este acuerdo nos permitirá entregar un volumen estable a todos nuestros asociados, y a la vez beneficiar a todas las familias que potabilizan el agua de riego para consumo humano”
Además agregó que este convenio permitió unir a las siete asociaciones de canalistas “en octubre del año pasado se unieron todas las asociaciones lideradas por la asociación del canal de Pirque, donde en aquella época se encontraba como presidente Víctor Pino quien les hizo ver que había que trabajar en conjunto con Aguas Andinas para llegar a un mejor acuerdo. Gracias a esto se realizarán a futuro inversiones en infraestructura para una buen aprovechamiento y distribución del vital elemento hídrico”
Un acuerdo inicial para asegurar el suministro domiciliario y de la agricultura
El cambio climático está teniendo efectos inmediatos en la disponibilidad hídrica del país y el futuro, en tanto, no se avizora con mucho optimismo. Para resolverlo es necesario contar con soluciones concretas y con el compromiso de todos los actores, evaluando nuevas fuentes hídricas y mejorando las ya existentes.
Un proyecto destacado es el de reúso de aguas depuradas en las Biofactoría, que le otorgarían una segunda vida al recurso. Gracias al proceso de tratamiento y limpieza de éstas se podrían utilizar directamente en beneficio de actividades agroalimentarias, uso industrial y riego de grandes áreas verdes. Ello permitiría contar con mayor disponibilidad de agua cruda superficial para potabilizarla y distribuirla a la población. Situación similar se daría en caso de recargar acuíferos con aguas ocasionales que vengan de la cordillera como las del evento de enero pasado donde millones de metros cúbicos fueron a parar al mar por no haber obras de infraestructura que las puedan aprovechar.
Por lo anterior, es necesario evaluar y ejecutar las obras necesarias de conducción de las aguas superficiales, optimizar el proceso de depuración y perfeccionar la eficiencia hídrica del sistema, procesos mediante los cuales se podrá contar con mayor disponibilidad de agua.
Hay que recordar que este acuerdo llega en un año que ha sido catalogado como extraordinariamente seco, con un déficit de más de 90% de nieve en la alta cordillera y lluvias que no sobrepasan los 0,6 milímetros en julio, mes en el que en sus parámetros normales de precipitaciones alcanzaron los 76 milímetros.
