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Según los primeros antecedentes, el nochero falleció producto de los gases producidos por un brasero de carbón que ingresó a un vehículo para refugiarse de las fuertes heladas que han afectado a Pirque estos días.
En medio de las frías temperaturas de este invierno en Pirque, la muerte sorprendió a un nochero de 66 años de nombre Luis Chacón Ahumada, domiciliado en la comuna de La Florida, quien se intoxicó con monóxido de carbono producto de los gases emanados de un brasero de carbón que introdujo en un vehículo utilitario para pasar la noche. Según informó Carabineros de Pirque, el sujeto fue encontrado acostado en la parte de atras del vehículo, con el brasero de carbón ubicado a la altura de los pies, y al parecer sus intenciones fueron dormir.
Quienes encontraron al trabajador, señalaron a Portal Pirque, que el rodín habría encendido un brasero con carbón, que luego ingresó a una camioneta utilitaria placa WA 46-32, dejando las puertas y ventanas cerradas.
Estos hechos ocurrieron la mañana de este miércoles en una concurrida verdulería del sector, en la esquina de Virginia Subercaseaux con Alcalde Hernán Prieto. El procedimiento fue tomado por Carabineros de la 65º Comisaría de Pirque.
Carabineros hizo hincapié en recordar a la comunidad, que estas costumbres de utilizar carbón dentro de recintos o espacios cerrados, es peligrosamente nocivo para la salud y, como en este caso, pueden provocar la muerte.
Altamente peligroso usar braseros con carbón en espacios cerrados
La intoxicación producida por la inhalación de monóxido de carbono (CO) que producen los famosos braseros de carbón suele desencadenar todos los años más de una tragedia mortal, como la ocurrida hoy a don Luis Chacón, Se calcula que en los últimos cinco años han fallecido en Chile al menos 300 personas por esta causa.
El CO es peligroso porque se trata de un gas que sólo se puede detectar por medio de sensores, puesto que es incoloro, inodoro e insípido, y puede causar la muerte cuando se respira en niveles elevados sin que los afectados se den cuenta, al caer en un estado de sopor que no da sensación de ahogo ni de asfixia, de ahí que se le llame la "muerte dulce".
José Antonio García Andrade, médico forense indicó que en la mayoría de los casos las víctimas no se percatan de lo que está ocurriendo, y en el supuesto de que se den, la inhalación les provoca una parálisis en las piernas "que les impide salir corriendo para buscar ayuda".
