Los padres son la mejor herramienta para combatir la obesidad de sus hijos

Deporte de San Jose de Maipo
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Hasta ahora se consideraba que el tratamiento para la obesidad basado en la familia era la mejor manera de que un niño perdiera kilos de más, ya sea que sufriera de sobrepeso u obesidad.

Un estudio de la Universidad de California, en San Diego, comparó esta terapia a la que asisten los padres y el hijo, con otra a la que solo asisten los papás. Así, se demostró que ambas son igual de efectivas, con lo cual queda claro que son los progenitores la herramienta fundamental para que el niño reduzca su peso.

En ambas terapias se entregaron recomendaciones sobre la dieta y la actividad física, así como sobre cambios conductuales. Ambas consideraron reuniones semanales durante seis meses.

El estudio, que incluyó a 150 niños obesos y con sobrepeso de entre 8 y 12 años, les hizo un seguimiento de dos años. Los resultados se publican en la revista JAMA Pediatrics de esta semana.

Mayor flexibilidad

"Me parece excelente que aparezca esta evidencia, porque demuestra que lo más importante es educar a los padres", dice la doctora Mercedes Guevara, nutrióloga infantil de Clínica Santa María. En su opinión, esto es así porque habitualmente son los papás los que hacen las compras en el supermercado y los que deciden qué se cocina.

"Aquí, lo más útil es que los dos modelos sirven. Porque a veces cuesta que asista el niño, porque se avergüenza de que se hable de su obesidad", explica el doctor Rodrigo Muñoz, cirujano digestivo del Centro de Tratamiento de la Obesidad Red de Salud UC Christus. "Entonces esto nos da flexibilidad, porque tenemos otra alternativa", agrega.

"Estamos ante un buen estudio, que muestra que los padres son lo más importante", advierte la doctora Salesa Barja, nutrióloga pediátrica de la U. Católica y miembro de la Sociedad Chilena de Pediatría (Sochipe). "Porque aquí hay un manejo familiar que llevó a que ese niño tenga obesidad", dice.

Un problema que se ve en la consulta, según la doctora Guevara, es que llega la mamá con el niño, "y cuando uno le da indicaciones, ella le dice al niño 'escucha lo que dice la doctora'. Pero los que en la casa compran y consumen galletas, dulces y bebidas son los padres".

Los especialistas coinciden en que se debe valorar más la educación en salud, algo que hoy no sucede en el país. Esto, porque el 80% de estas intervenciones se dirige a darles orientaciones a los padres, y los niños solo van al chequeo para que los midan y los pesen.

De todas maneras, lo ideal es que también asista el niño. "Cuando uno hace esto y logra involucrar al niño, lo que ganamos es que la baja de peso se mantenga en el largo plazo", explica la doctora Barja.

Para los autores del estudio, tener alternativas de tratamiento puede ayudar a llegar a más familias.

Fuente: El Mercurio