La investigación presentada por CONAF evidencia la alta mortalidad de especies nativas sensibles a la sequía y la pérdida de capacidad de captura de carbono en los bosques del país.
La megasequía que afecta a Chile desde hace más de una década continúa dejando profundas huellas en los ecosistemas nativos. Un estudio presentado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF) reveló los severos efectos de este fenómeno en los bosques mediterráneos y templados del país, estableciendo por primera vez una estimación nacional de las emisiones por degradación forestal vinculadas a la falta prolongada de precipitaciones.
Entre los hallazgos más relevantes destacan la alta mortalidad de especies nativas sensibles a la escasez hídrica —particularmente en los bosques esclerófilos de la zona central— con impactos visibles en quillayes, boldos y peumos. También se constató la disminución del vigor y cobertura de los bosques templados, lo que compromete su capacidad de capturar carbono y mantener los servicios ecosistémicos que estos ecosistemas proveen.
Los resultados del estudio servirán de base para la actualización de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales (ENCCRV), instrumento que lidera el Ministerio de Agricultura a través de CONAF. Esta actualización busca incorporar los impactos de la sequía en la contabilidad nacional de carbono, contribuyendo así a la planificación de medidas de mitigación y adaptación frente al cambio climático, con miras a la meta de carbono neutralidad hacia 2050.
La investigación fue desarrollada por un equipo de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), mediante el Proyecto +Bosques, financiado por el Fondo Verde del Clima. El estudio combinó análisis satelitales, verificación en terreno y modelos estadísticos, fortaleciendo la comprensión de los procesos de degradación forestal y sus implicancias en las emisiones de carbono.
Para Jorge Céspedes, gerente de Bosques y Cambio Climático de CONAF, esta investigación representa un avance clave en la gestión forestal frente al cambio climático.
“Lo que busca es poder entender los cambios que han experimentado, principalmente, los bosques mediterráneos y templados por la sequía permanente. La Universidad Católica ha desarrollado un excelente trabajo que nos permite hoy tener resultados y considerarlos para rediseñar la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales, estableciendo políticas de desarrollo que incluyan estas nuevas realidades”, señaló.
Por su parte, Marcelo Miranda, profesor asociado de la Universidad Católica y director del proyecto, explicó que el estudio permitió detectar los lugares donde el pardeamiento de los bosques es más evidente.
“Logramos detectar zonas afectadas desde Coquimbo hasta Chiloé, cubriendo una gran superficie que incluye bosques mediterráneos y parte de los templados. Los principales resultados muestran áreas que están perdiendo productividad y que sufren los efectos combinados de la sequía y las olas de calor”, comentó.
El estudio también advierte que la vegetación de la zona mediterránea podría transformarse estructuralmente, dando paso a nuevos tipos de matorrales y formaciones boscosas localizadas en otras áreas, lo que evidencia un proceso de cambio ecológico en curso.
Estos resultados son un paso importante para fortalecer la institucionalidad forestal chilena y avanzar en los compromisos climáticos del país, integrando la ciencia en la ENCCRV y orientando acciones para la conservación y restauración de los bosques nativos como eje central de la acción climática nacional.
Estudio completo aquí: https://www.enccrv.cl/nota-informativa41